Luchando contra Vicios y adoptando buenos Hábitos

Luchando contra Vicios y adoptando buenos HábitosLos hábitos son las acciones que realizamos y las que nos definen como persona. Si por ejemplo piensas de forma muy positiva pero realizas malas acciones entonces no serás visto como buena persona. Las malas acciones o hábitos negativos se les llama vicios. Es importante destacar que los hábitos (buenos) y los vicios, los podemos realizar inconscientes e inconscientemente. Esto es muy importante tenerlo claro: muchas veces generamos acciones sin si quiera pensar en realizaras. Ya que estas acciones son prácticamente parte de nosotros, están automatizadas.

Todos los hábitos que tienes te definen como la persona que eres actualmente (y la que serás), muchos de estos hábitos son inculcados desde pequeños por nuestros padres, maestros o amigos. Estos son los que se quedan más presentes durante toda nuestra vida. Lamentablemente, en nuestra niñez no siempre nos enseñan los mejores hábitos: está comprobado que los hijos de padres obesos tienen un 80% de ser obesos también. La genética juega un rol importante pero un niño así crecerá en un ambiente en que verá a sus padres comer sin límites y teniendo una vida sedentaria. Finalmente los vicios de esos padres, pasarán a ser los vicios de sus hijos.

Los vicios no son únicamente drogas. Todo hábito negativo que se repite constantemente es un vicio, como por ejemplo: ver televisión en exceso, comprar de forma compulsiva, comer sin medida, ser muy sedentario. Hay que considerar que los vicios en general, son mucho más atractivos y fáciles de asimilar, ya que generan una satisfacción inmediata, pero a la larga crean muchos más problemas en nuestra vida, que incluso pueden degenerarnos física y mentalmente.

Lo peor es que existen muchos vicios en la sociedad que se hacen presentes precisamente por las personas que nos rodean y ellos esperan que tu también tengas los mismos vicios, de otra forma te hacen sentir extraño y fuera del grupo social. Por ejemplo, si entras a un grupo en que todos están tomando y fumando, y no estás haciendo ninguna de las dos cosas, lo primero que harán es ofrecerte un trago y extenderte un cigarrillo, si tú respondes con una negativa te mirarán extraño o dirán bromas de ti, simplemente porque no estás adquiriendo los mismos vicios del grupo.

Las personas que son débiles de carácter, pensarán que para sentirse integrados deberán adquirir estos mismo vicios, los cuales harán suyos posteriormente. Una estupidez, si lo miras de un punto de vista racional.

Pero esto pasa en todo ámbito, por ejemplo si tú estás con un régimen alimenticio, aparte de «luchar» contra la adaptación al mismo, todas las personas que te rodean parecen ponerse de acuerdo para incitarte a romper con tu dieta. Y casi te obligan a que comas algo que no deberías.

Es bastante difícil luchar contra algo así pero existe una forma un poco más fácil de enfrentar estos problemas:

Si en este momento no tienes buenos hábitos o de frentón estás lleno de vicios, no significa que deba ser así para siempre. Es perfectamente factible poder asimilar buenos hábitos, simplemente repitiendo una y otra vez la acción que quieras asimilar. En un principio te costará, ya que estarás haciendo todo de forma consciente, pero con el tiempo estos hábitos formarán parte de ti y los realizarás sin pensarlo.

Como ya lo expliqué, cuando comiences un plan alimenticio, régimen, dieta (o como quieras llamarlo), no lo veas como algo puntual, en que lo vas a realizar por un período de tiempo determinado y luego volverás a tu estado normal. Si quieres resultados duraderos, debes asimilar que lo que estás haciendo es un cambio en tu estilo de vida y que será para siempre. Esta simple forma de ver las cosas hará que cambies de actitud entendiendo que estás en camino a ser una mejor persona.

Cultiva una forma de pensar diferente, por ejemplo, si estás en una reunión social y todos comienzan a comer un trozo de torta dulce, no te excuses diciendo: «es que estoy a dieta y no puedo comer eso ahora», cambia esa actitud y di: «muchas gracias, pero yo no como este tipo de cosas«.

¿Te das cuenta la diferencia?. La primera actitud es casi en tono de disculpas frente al hecho que tú no puedes compartir con el resto lo mismo y te estás excusando por estar en dieta, casi como echándole la culpa a eso y asumiendo que cuando no lo estés, si podrás disfrutar con los demás (y ser feliz). Y de seguro, si tú dices algo así, todos te incitarán a que comas un poquito y que rompas tu dieta para compartir con el resto.

En la segunda actitud, estás siendo más enérgico: das las gracias por el ofrecimiento pero expresas un mensaje claro: «yo NO como este tipo de cosas». ¡Así soy yo!. Y si te preguntan del porque no comes esto, puedes decir simplemente: «me hacen mal» o «me caen pésimo» o «mi cuerpo no lo tolera». Te aseguro que nadie te dirá nada al respecto o por lo menos será una conversación más fácil de llevar, ya que no te estarán obligando a hacer algo que tu cuerpo no tolera.

Esta misma actitud debes tener contigo, incluso si no estás en reuniones sociales, debes pensar que has cambiado y que el hecho de privarte de ciertos alimentos o acciones, no es porque estás en un estado especial que pasará, sino que tu «nuevo yo» es así. Con el tiempo, si continuas con esa energía y modo de pensar, poco a poco tu cuerpo ser irá adaptando y tu cerebro se reprogramará. Al cabo de un tiempo realmente puedes lograr cambios radicales y duraderos en romper con vicios y generar nuevos buenos hábitos, solo por el hecho de asimilar y creer que lo que estás haciendo ya es parte de ti.

Hay muchas acciones las cuales puedes comenzar a realizar para generar buenos hábitos:

  • Establecer prioridades y escribirlas.
  • Generar metas diarias, semanales, mensuales y anuales, y tratar de cumplirlas a toda costa.
  • Despertarse temprano.
  • Realizar alguna actividad física a diario.
  • Ser puntual.
  • Tomar tus medicamentos a la hora y sin pasar ninguno.
  • Alimentarse de forma sana.
  • Ser siempre cortés y ponerse en el lugar de los demás.

Es increíble cuando al cabo de un tiempo, estarás realizando estas acciones positivas sin pensarlo, los cuales ya habrás asimilado como hábitos. El cuerpo y mente son totalmente moldeables a tus intereses. Eres tu el que debe estar dispuesto a comenzar a realizar el cambio.


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